miércoles, 21 de diciembre de 2011

Reflexión de vuelta II

El cielo anaranjado en el horizonte es lo último que veo antes de empezar la reflexión de vuelta. ¿Será una reflexión? El tren se mueve más que la primera (y última) vez que escribí en uno. La posibilidad de que tengamos un accidente y de que mi portátil sea algo relevante en la investigación del suceso pasa por mi mente. “Hemos encontrado un ordenador en el que alguien escribió que el tren se movía más de lo normal, a raíz de eso bla bla bla”. Entristece algo irse, pero alegra también volver. Fuera del tren todo está oscuro, sólo las luces de algunos coches me recuerdan que no estoy en un tunel. 3 meses. Altibajos. Errores y aciertos. Y una maratón. Una buhardilla mágica vivió un suave despertar en medio de un huracán. Lloré para seguir amando. Mando no es un twittero. Descubrí camas desiertas de incomodidad. Aprendí a respirar. Me senté en un sofá. Establecí prioridades. Me encariñé de los erizos. Mishu se durmió sobre mi. Marqué 6 y fallé otros tantos. Pasee sin sombrero. Descubrí con quién hablo de la vida y con quién converso. Me salvaron cada día. Mi muñeca está adornada con una sencillez magnífica. Zaragoza y Barcelona. Cotton. Russian y Lori me cantaron. Tiré una valla. Vaya que sí. Me ayudaron a perder el miedo y a convertirme en un erizo.
Esto no resulta porque Mario mató a Luiggi.
El tiempo sigue pasando rápido y los recuerdos siguen permaneciendo lejanos. Por suerte las cosas importantes siguen de mi lado.
M'he comprat un abric elegant per pasar es Nadal sense ferme mal.

Pd:Me encontré dos personas bellas en una estación, volví a cantar con el arquitecto y ya solo falta un miembro para estar los 4. Ya casi en casa, la otra casa.

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