miércoles, 23 de mayo de 2012

B-Side

Un hilo de paz invade mi alma en medio de la más sangrienta de las guerras. Incluso parece que vaya a dormir.
De repente una sacudida, y me desvelo de nuevo.
Miro el móvil. Son las 4 de la madrugada, pero él dice: "Lérida", soleado. Se equivoca. 19 grados, eso no lo sé.
Las calles están vacías, supongo. Físicamente vacías. Pero quizás estén llenas para dos caminantes trasnochadores. La casa está llena, de trastos.
Parece mentira que haya pasado un año desde hace un año, pero así ha sido, siempre es así. Me gusta Paloma.
¿Alguna vez has tenido miedo de soñar? No me refiero a soñar en el sentido de tener ilusiones y objetivos (supongo que a eso le has tenido miedo), me refiero a soñar, a dormirse y soñar.
Me asusta quedarme sin cuerdas de guitarra, en los días solitarios es como quedarme sin voz.
El otro día escribí un poema, pero no sé de poesía, aunque no saber sobre algo no tiene por qué ser un impedimento o un lastre.
Por fin me odio y por fin te quiero, le dijo. Tendrás que dejar de odiarte para que pueda hacerlo yo, contestó él. El director solventó la escena con grandes recursos estilísticos, disimulando un guión escrito en una mala noche de verano. Y una música cautivadora dio paso a esas letras, tan esperadas o tan temidas. The End.
Paul dice que "un clavo saca a otro clavo" es la muestra del fracaso emocional que es el ser humano. Yo entiendo a Paul ¿pero quién puede culpar a alguien que intenta aliviar su dolor?
No quiero viajar a otro lugar sin moverme del sitio, no quiero una película, ni una droga, ni una imaginación. Ahora quiero una música que me sujete a la realidad, y si llega el momento de coger un tren, lo haré.
Nunca es tarde para encontrarle un sentido a tu locura. Bueno, quizás sí, pero más vale tarde que noche.

viernes, 11 de mayo de 2012

Day tripper

José me hablaba en silencio y sus ojos no expresaban la más minima preocupación hacia nada. Inerte. La lentitud con la que transcurren las horas no se corresponde con la diversión en mi mente. Estoy en mi cuerpo pero estoy alejado de él y estoy a tu lado pero estás a millas de distancia, no es un buen día para pensar en fantasmas. Me río con Liza y ella conmigo, y me gusta su risa.
Tengo un billete de vuelta que utilizar, hasta luego.

Romper cosas nos hará más vulnerables. Agoté el miedo y las lágrimas y no soñé nada. La vida sigue con una anormalidad pasmosa. El odio es tranquilizador, nos tumba y nos humaniza, y todo lo vivido se convierte en un arma de doble filo. No me salvaré de mi mismo.

sábado, 5 de mayo de 2012

Juego enemigo

Tiró las cartas boca abajo, sabiendo que había perdido, no necesitaba ver la jugada del contrario.
Tras horas de concentración, de mentir, de descifrar y de calcular, ahora solo quedaba impotencia, y cansancio.  Se levantó de la mesa y con la mirada perdida se dirigió a la salida, había perdido todo lo que podía perder, había perdido su oportunidad. Con lo justo para vivir dos noches más se dirigió a su apartamento. Cabizbajo, fue caminando de una calle a otra, todas eran igual de oscuras. Miró su móvil, nada nuevo, sólo la desesperación de su rostro al apagar la pantalla. Al llegar a casa se derrumbó sobre el sofá, mañana tendría que pedirle ayuda a alguien.
Cuando se estaba quedando dormido sonó el móvil, era Arnold. "Mañana hay una, una de las grandes" dijo. "He perdido...todo, esta noche" contestó Manny (el desgraciado se llama Manny). "No puede ser...¿Has ido al Bellamy's verdad? ¡¿qué coño te dije?!" Arnold estaba alterado. "Mira, ya lo sé, ya está, mañana volveré al pueblo y veré que puedo hacer".
Pero llegó mañana y Manny no fue capaz de ir al pueblo, en vez de eso se dirigió a casa de Arnold a pedirle un préstamo, con el dinero de Arnold podría jugar esa misma noche y recuperar lo perdido.
"Voy a dejarte el dinero, pero no vas a venir a jugar esta noche" Manny intentó replicar, incrédulo, pero Arnold siguió "Escucha, esto no es para ti, no digo que no seas bueno, podrías triunfar, pero esto no es para ti ¿No te das cuenta? ¿Cuánto hace que no la ves?...Hemos llegado a un punto en que esto no es un hobby, tienes que elegir, aún puedes elegir, como esperes un poco más elegirá ella por ti. Vuelve."
A Manny no le costó tanto decidir, no le gustaba la idea de haber fracasado, pero sabía que Arnold tenía razón, su nueva vida y Emily eran incompatibles. "Te lo devolveré" dijo Manny al despedirse de Arnold, "Lo sé" contestó este.
Manny volvió a su apartamento y recogió sus cosas, en menos de una hora estaba esperando el tren en la estación. El viaje se le hizo largo, estaba cansado pero los nervios no le permitieron dormir, hacía meses que los nervios se reducían casi exclusivamente al momento del juego.
Al llegar a casa Emily no estaba con ningún otro hombre, ni lloraba desconsoladamente por la ausencia de Manny. Seguía su vida, con mas pena que gloria, quizás, pero sin pensar en el suicidio ni similares.
(Llegados a este punto existe el final A, Emily no entra dentro de las cosas que Manny podía perder, ergo no la pierde. Una especie de vivieron felices y tal y tal. Y existe el final B, Emily ya no confía en él, o las cosas ya no van bien, y este vuelve con Arnold, se forra con el Poker pero internamente es infeliz porque lo que realmente llena la vida de uno es el amor, la amistad y las canciones de Moulin Rouge.)
El reencuentro fue intenso, doloroso pero esperanzador, Emily y Manny lloraron y follaron durante toda la noche hasta caer rendidos al poder del sueño. El día siguiente lo pasaron durmiendo, al despertar salieron de casa y se fueron a una pizzería. Él pidió una Calzone, ella, una Especial de la casa, le pusieron alcaparras, era alérgica, vaya faena.

Finn (El humano)


viernes, 4 de mayo de 2012

Pipita

Llegaste al Madrid durante un invierno de necesidades y como complemento de Gago, con apenas una temporada jugada en Argentina (fueron dos pero en la primera, con 16 años, casi no jugaste), tu única carta de presentación, dos goles que valieron un partido en el derbi contra Boca.
Eras del Madrid, creo que incluso viniste al Bernabeu con tu familia cuando eras un niño, y tu sueño se cumplía con tan solo 18 años. Empezaste jugando a ratos, y tus ganas y tu entrega nos motivaron a todos, tanto que se tuvo paciencia durante unos primeros meses de definiciones poco acertadas. Pero tienes ángel, ese ángel que sólo pueden tener los que creen hasta el final, y ya en tu primera media temporada nos diste goles en el último minuto que valieron una liga, la liga de Capello, la liga de la fe, la cualidad de los madridistas.

Al año siguiente volvimos a ganar la liga y, ante Osasuna, metiste el gol que nos la daba,  pero había críticos que seguían hablando de que no eras jugador para el Madrid. Apenas 9 goles, aunque no eras titular fijo y muchas veces jugabas en la banda, todo hay que decirlo. Fue por entonces cuando empecé a defenderte con devoción ante aficionados merengues que no creían en ti, que preferían a Huntelaar, por ejemplo.

Y la temporada siguiente volvías a empezar con dudas sobre tu titularidad, fue un año duro. El año del triplete del Barcelona, al que marcaste en el amarguísimo 2-6. Acabaste la liga con 22 goles y 9 asistencias, siendo el máximo goleador del equipo, reivindicándote ante los críticos y alegrando a los que creían en ti, que no eran pocos, el Bernabeu te quería.

Durante el verano siguiente se fue Raúl. Ruud ya no estaba y vinieron Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzemá,  el francés partía como favorito para el puesto de nueve, pero tu volviste a responder con goles a todas las especulaciones de que no estabas a la altura de ser el nueve titular del Real Madrid. Aunque empezaste bien la temporada, el doloroso momento en el que mandaste el balón al palo tras eludir al portero en la eliminatoria contra el Olympique de Lyon volvió a dar cuerda a la teoría de que no eras jugador para ser titular en el Real Madrid. Como de costumbre te afectaron las críticas, 27 goles en liga, máximo goleador del equipo en esta competición por delante de Cristiano. Segundo en el pichichi, por detrás de ese prodigio del fútbol mundial llamado Leo Messi, que le dió el título liguero al Barça, era el segundo año en blanco.

Y aún quedaba el tercero sin ganar la liga, tercer año en el que volviste a imponerte a Benzemá y a golear a los rivales hasta que la lesión de espalda te tuvo media temporada apartado de los terrenos de juego, cuando volviste eras campeón de copa. Te costó recuperar la forma, pero no los goles, un Hat-trick en Valencia demostró que seguías siendo un matador.

Y con estas idas y venidas llegamos al año presente, y por fin Benzemá está a un nivel excelso, y eso te pone las cosas más difíciles, empezáis rotando, él juega más pero tú tienes minutos, Karim ofrece un juego combinativo más rico que el tuyo, tú das algunos goles que Karim no tiene. Con espacios eres matador, ante rivales cerrados es normal que juegue él, a no ser que no llegue el gol, entonces tú lo puedes meter ante quien sea. La lucha ha sido igualada, pero al final, en el tramo importante de la temporada, has jugado poco. Es curioso porque el Bernabeu te quiere más que nunca, pero ahora también hay más competencia que nunca en el Madrid y supongo que Mou no puede garantizarte que no volverá a pasar, que no volverás a ver como se deciden la liga y la champions desde el banquillo.

Me recuerdas un poco a Raúl, sacas el máximo de lo que tienes, siempre crees en ti, y se nota que defender tu escudo es algo más que tu trabajo y tu hobby, es tu sueño.
 Ahora ese escudo quizás cambie, sé que si eso pasa lo defenderás como si te fuese la vida en ello, pero me gusta pensar, y creo que será así, que siempre serás madridista.
Nos has dado 103 goles en 218 partidos, casi a un gol cada dos partidos, y si miramos tus números en relación a los minutos jugados, la estadística aún mejora. Goles que nos daban ligas, como contra el Espanyol. Goles que mataban ligas, como contra el Osasuna, o el otro día contra el Athletic. Goles que nos permitían seguir creyendo, como contra el Getafe, y goles que nos levantaban de nuestros asientos sólo por la belleza de su forma. Hat-tricks, incluso cuatro goles en algún partido, te llenarán de orgullo, pero sobretodo,de lo que más orgulloso debes estar es de saber que no se te puede reprochar nada.

Si te vas me va a doler, sobretodo porque te vas sin la Champions, estaba convencido de que podía sería tu último regalo al madridismo, y viceversa. Una despedida entre un club campeón y un jugador campeón. Nos conformamos con la liga. Ahora, a la espera de saber con seguridad lo que se rumorea, y por si  ya no nos vemos, muchas gracias. Por darme un motivo para vivir el fútbol con aún más pasión cada vez que saltabas al campo,  por darme la razón cada vez que te defendía, por dejarme momentos de alegría que, en condiciones normales, jamás olvidaré.
Es una estupidez poder pensar que alguien tan lejano a uno mismo puede ser importante, evidentemente no te incluiré en mi testamento, pero joder, el otro día cuando marcabas el gol que nos daba la liga me llamó mi padre, y es porque lo marcaste tú.

Para acabar solo decirte que es la primera y espero que la última vez que escribo algo tan cursi como es escribir una carta abierta a un "ídolo". Y que sepas que vayas al equipo que vayas, ese equipo ganará un seguidor.

Un Pipista.




martes, 1 de mayo de 2012

Cosas mal contadas de Sally

Sally nació sin hacer mucho ruido, pesó poco, y siempre fue tranquila. Empezó a andar más o menos cuando le tocaba, y poco después a hablar, también a la edad que le correspondía. Sally era una niña normal, creció como una niña normal, sus padres se divorciaron como cualquier matrimonio normal y ella y su hermano se pelearon día si día también como dos hermanos normales. Cuando empezó la adolescencia Sally descubrió en la literatura el lugar ideal en el que crecer, y comenzó a leer mucho, más que una adolescente normal. Eso no  hizo que se perdiese las cosas comunes de la adolescencia, empezó a masturbarse a la vez que sus amigas, empezó a beber uno o dos fines de semana después de ellas y fue la primera de su grupo en ser penetrada con consentimiento, a Emily la violaron, pero ahora es feliz. Emily era la mejor amiga de Sally, Sally era la que menos compasión mostraba por ella. Mientras las otras evitaban hacerle bromas o tocar cualquier tema que pudiese conducir a lo de su violación, Sally la trataba como a una más, Emily, a su vez, era la única del grupo que se interesaba por la rápidamente desarrollada "vida interior" de Sally. Y en apenas 18 años pasó a ser mayor de edad.
Casi sin ser consciente de ello se encontraba en plena vida universitaria, en una ciudad que no conocía y con gente que jamás había visto. Siempre se encontró en los libros, pero en la vida estaba perdida, ahora más que nunca.
Entonces fue cuando yo la conocí, para mí siempre había sido más una cuestión de diversión que de sentimiento. Me refiero a todo, a la vida, además, nunca había tenido problemas, mis padres estaban felizmente casados y siempre me lo habían dado todo, lo único que teníamos en común ella y yo es que los dos estábamos perdidos, aunque yo no lo supiera.
La primera vez que la vi supe que me quería acostar con ella, pura diversión, por supuesto. No lo hice hasta mucho más tarde, y para cuando llegó el momento ya no era cuestión de diversión.
 Junto a ella me sentía desnudo, yo nunca me había enamorado, éramos dos mundos distintos y me sentía frágil, por suerte ella nunca hizo nada para romperme. Empecé a ver cine de autor y a leer algunos libros que ella me recomendaba, me educó emocionalmente como no me había educado nadie. Supongo que la educación emocional depende casi exclusivamente de uno mismo y de sus propias experiencias. Los momentos más emocionantes de mi vida habían sido la novena Copa de Europa del Madrid y la muerte de Tob, el perro de mi hermano que, a decir verdad, ni siquiera me gustaba.
Tardé un tiempo en no derrumbarme cada vez que la vida no era perfecta, pero creo que aprendí rápido. Siempre he sido muy inteligente, mucho más que la mayoría de la gente, no quiero parecer engreído, es verdad. Lo que pasa es que nunca he hecho un uso verdaderamente bueno de esa inteligencia, menos en 2012 cuando le hice creer a Guardiola que era el momento de dejar el Barça, al año siguiente recuerdo ver la consecución de la décima junto a Sally. A ella no le gustaba el fútbol, sólo mi nerviosismo.
Sally estuvo en mi vida durante todos los años de universidad, o no, igual el último no, tengo alzheimer, pero más o menos lo que os he contado es real, el caso es que ayer fui al entierro de Sally, por eso quería hablar de ella. Tiene unos nietos preciosos, tenía... Robé el cuerpo, os juro que robé su cuerpo y lo incineré, siempre me dijo que le gustaría que la incineraran y que tiraran sus cenizas al Ródano. Quizás era más importante lo que quisiese su familia que lo que me dijese a mí 50 años atrás, pero yo ya estoy tocado de la sesera y me da todo un poco igual. Quizás tirar sus cenizas al río era lo último importante que podía hacer en esta vida. Siempre la eché de menos.