miércoles, 4 de septiembre de 2013

Casas tristes de madera.

Podrás estar atascada, y en lo más profundo de la incomprensión desistir en continuar, pero no te olvides de reír, porque si te puedes reír de él, hasta el dolor vale la pena.

En el suelo y bajo unas mantas que habían encontrado en uno de los armarios de la vieja y ruinosa casa, despertaron todos ellos casi simultáneamente. Eran las 9 o las 10 de la mañana y el frío de la montaña se había apoderado de ellos. Se miraron unos a otros aceptando el hecho de que no iban a dormir todo lo que necesitaban. Más por inercia que por ganas se fueron levantando y se dirigieron a la cocina, donde encontraron un paquete de galletas que quizás estaba caducado. Por algún motivo u otro todos estaban rotos por dentro y alegres por fuera. Y se reían olvidando sus miserias, o quizás acrecentándolas inconscientemente al dejarlas de lado. 

En el lago, poco después, pude observar como tres de ellos se tiraban al agua con la fuerza y las ganas propias de alguien desesperado por encontrar un lugar que arranque todo lo que ahora le condiciona. Un lugar dónde empezar de nuevo, como se suele decir. Los otros tres miraban desde la orilla, y no sé si no se daban cuenta de lo profundamente jodidos que estaban sus amigos o si precisamente porque eran conscientes de ello sonreían ante su persistencia por encontrar una salvación, aunque fuese momentánea.

Los nadadores salieron del agua y tiritando de frío dos de ellos se abrazaron, esta vez intentando llorar, pero volvieron a reír. El tercero no pudo contener las lágrimas al ver la escena. Se apartó de inmediato de los demás y caminó hacia una roca alta desde la que poder tirar piedras al agua. Luego se sentó y permaneció allí unos 20 minutos que le bastaron para repasar su vida y no sacar ninguna conclusión. 

De vuelta a la casa comieron y bebieron celebrando haber vivido lo suficiente como para desear volver a empezar. De todas maneras aún les quedaba un largo camino por recorrer, errores por repetir y lecciones por aprender. Y probablemente nunca se curarían, pero ¿por qué iban a necesitarlo?

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