domingo, 1 de abril de 2012

Beirut

Ella está en el río y toma el sol. Ellas en la playa jugando con la arena. Él está en una canción, y ellos divididos en un mismo lugar.
Me siento muy lejos del amor y la lujuria nocturna que tan fascinante me ha parecido otras veces.
Me acerco al cabello liso y al cabello rizado y al cabello elegante y algo dejado.
Me acerco a Orión viajando a través del tiempo y el espacio en una cama individual, destrozando la realidad en cada latido.
Cuando la gente se emborracha no piensa en un hombre sentado en la parte oscura de la luna componiendo una canción de suicidio.
Hay tres tipos de persona, las que prefieren los besos, las que prefieren los abrazos, y las que prefieren las palabras ¿Tú de cual eres?


El viento nos acaricia el pelo con violencia y, en silencio, alternamos miradas al paisaje y miradas entre nosotros. Lo último que pasa por mi mente es la sociedad. Me siento, y mirando al horizonte y a vosotros, con gesto inexpresivo y brazos apoyados en las rodillas, se me humedecen los ojos. Quizás sea por el viento. Pienso todo y nada, todo es abstracto y pasajero. Tiramos piedras al mar como deshaciéndonos del dolor, pero sólo nos deshacemos nosotros.
La luz del Sol no nos deslumbra, sólo nuestros corazones buscando la eterna felicidad y encontrando la eterna insatisfacción. Pero así es como son las cosas por aquí, posiblemente nos sintamos mejor sabiendo que las cosas son complicadas. Hay momentos en los que no encuentro el talento para afrontar la vida, pero al final siempre acabo haciéndolo. Pienso en la perdurabilidad y en la finitud. Encontramos risas en la profundidad de nuestros miedos y eso es un don. Quizás no te dirigiré una sonrisa la primera vez que te vea pero eso hará que cuando lo haga signifique más. ¿Cuánto tiempo nos permitiremos vivir al margen de los demás?



No hay comentarios:

Publicar un comentario