domingo, 4 de septiembre de 2011

dimanch

Los domingos que empiezan con dolor de cabeza al escuchar una llamada entrante en el móvil suelen indicar que el Sábado fue divertido. El agua y la cocacola son elementos importantes en este domingo, y la auto-reflexión.
Exploto en inmovilidad y ojos humedecidos y pido perdón, pero no sé si cambio realmente.
Russian Red es mi favorita, y aunque ahora no la escuche mucho, lo haré pronto. Love of Lesbian fue mi favorita, siempre tendrá temazos, tocará en mejores conciertos que el mío. Nadie es mi conversadora oficial de la vida. Y al ángel de la guarda no puedo permitirme perderla.
Lluvia, alcohol, hablar de sexo, frankfurts con queso.
Paquetes de tabaco que son balones de fútbol.
Una semana y dos días.
Francia es EL PAÍS y punto.
¿Disientes? ¿o sientes¿ ¿o sientes no sentir?
Me cuesta mucho transmitir. Últimamente digo, no en general.

Jules era egoísta. Lo sé porque le conocí. Jules...Jules era del mundo, y vivía en Francia. Era divertido pero no creo que pueda transmitir eso hoy, también era muy profundo. Vivía en Paris y en un pequeño pueblo del Languedoc-Roussillon, cerca de la frontera con España.Alternaba las dos viviendas. La de Paris era un pequeño piso, no estaba en Montmartre pero era muy bonito. La casa del pueblo era de madera, era de cuento. En Paris tenía amigos, chicas, un abono de socio del Paris Saint Germain...una vida social rica. En el pueblo tenía una guitarra, un piano, hojas en blanco y una amiga. En Paris se iba a dormir tarde, borracho, después de una noche increíble en la ciudad. En el pueblo se iba a dormir tarde, borracho, después de una noche increíble en casa. En realidad en el pueblo no se emborrachaba siempre, 1 de cada 3 días o así. Escribía y cantaba sobre sus entornos, sobre cómo el viento del pirineo le despertaba por la mañana, o sobre como los coches parisinos le sobresaltaban por la noche, adoraba las dos sensaciones por igual. Le gustaba ir en tren, normalmente se iba desde su pueblo a Perpignan y ahí cogía un tren que lo llevaba hasta Paris, atravesando Francia por el centro, pasando por Tolouse y Limoges. En el tren encontraba el lugar perfecto para cambiar el chip hacia su otro hábitat. Jules nunca acabó de saber lo que quería en la vida, quizás es que realmente sólo quería la vida en si misma. No esperaba el amor, aunque a veces le llegase. Jules vivía para él, pero supo conservar a los demás.
Mi relación con él fue, en principio, profesional. Hice un documental sobre su vida. Era una vida curiosa, era un tipo normal, había hecho un par de negocios que le hicieron rico de joven, y ahora se dedicaba a disfrutar. Me aportó cosas y me gusta pensar que yo le aporté, pero no lo sé, tampoco es relevante, no sé que es de él, al fin y al cabo fue un trabajo.

Ala, chatcam con rashit y compañía y luego un buen año con Marion Cotillard...Sé que lo tengo crudo para competir con Guillaune Canet pero por intentarlo...

1 comentario:

  1. Sábados divertidos, surrealistas, sin control... Que vida la de Jules, quien pudiera...

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