miércoles, 6 de marzo de 2013

Instagram: Mascotas, comida y hashtags pretenciosos.

Hola, hoy voy a hablar de Instagram. Instagram, red social para unos, el culo feo de la fotografía para otros, ambas cosas para los indecisos.

Instagram consiste en hacer fotos con un móvil y ponerles un filtro para que la foto sea un poco más bonita. Nada más que eso, una red social (yo soy de los unos) sin pretensiones.

Para empezar, Instagram es una gran mentira. Una foto hecha con tu maldito móvil a una mierda de ensalada, o a tu mascota peluda, no le interesa a nadie, A NADIE. No sé muy bien por qué le sacas una foto a tu comida, la verdad. Puedo entenderlo si te vas a Italia y vas a una pizzería de la hostia, así tiene un pase, pero hacer fotos de tus menús, día sí, día también, como si trabajases confeccionando cartas de restaurante, pues no le veo la gracia. Aún así, lo acepto. Haces fotos de comida y la compartes, todos nos sentimos solos a veces, quién esté libre de pescado que tire la primera hiedra. Algunos amigos tuyos incluso pondrán me gusta, porque les caes bien. Repito, porque les caes bien, no porque les guste tu mierda de cena. De eso va instagram - “mira qué mierda de foto he hecho con mi móvil, si le pongo un filtro parece una mierda de foto pero de hace cincuenta años” -“jaja, ya ves tío, cómo mola”.

Ya es bastante patético si lo piensas, pero bueno, algo llevadero, patetismo light (Por cierto, qué asco da la Cocacola Light, tengo que hablar de eso). Además, algunas fotos están chulas, no todas son de patatas bravas y gatos gordos, aunque a veces lo parezca. En realidad me gusta Instagram, pero hay cosas con las que no puedo. Por ejemplo:

Querer alardear de algo: Te has comprado unos billetes para irte a Punta Cana, a intentar que vuelva la pasión que ya hace tiempo perdisteis tu novio y tú. No hagas una foto de los pasajes y la publiques. No en instagram, amiga.

Fotos en coche: Vas conduciendo y sólo el cielo y una larga carretera están ante ti. Te pones a hacer fotos. Te deseo un accidente, de los mortales. Murió haciendo lo que más le gustaba, normal, ya que lo que más le gustaba era hacer fotos mientras conducía. “A veces dios es justo” pensaría la gente cuando murieses.

Aunque te haya deseado la muerte, puedo pasar que seas un chulo o un gilipollas, todos lo somos en mayor o menor medida. La gilipollez pues, es aceptable hasta un cierto límite, ese límite es, poner hashtags en las fotos de instagram.

Hay gente que pone hashtags, sí, y no uno, ni dos. Diez, doce, ¡Veinte! ¡Y en inglés! Sí, en Inglés, que no saben, no tienen ni puta idea, pero los ponen igual, en castellano y en inglés, no vaya a ser que España y América Latina le queden pequeñas a su pedazo de foto. ¡HIJOS DE PUTA!

¿Qué te crees que vas a conseguir poniendo el hashtag? ¿Qué te crees, que hay expertos en fotografía mirando en instagram en busca del próximo pulitzer? Que es una puta foto sacada con tu teléfono, con tu puto smartphone. Mierda de almohadilla ya, métetela por el culo. Que si pic of the day, que si igersmierders. Me cago en dios, si quieres ser fotógrafo deja de gastarte todo tu dinero en ir a cenar a sitios guays para publicarlo en instagram y cómprate una Canon ¡que no es tan cara coño!

No hay comentarios:

Publicar un comentario