Instagram consiste en hacer fotos con
un móvil y ponerles un filtro para que la foto sea un poco más
bonita. Nada más que eso, una red social (yo soy de los unos) sin
pretensiones.
Para empezar, Instagram es una gran
mentira. Una foto hecha con tu maldito móvil a una mierda de
ensalada, o a tu mascota peluda, no le interesa a nadie, A NADIE. No
sé muy bien por qué le sacas una foto a tu comida, la verdad. Puedo
entenderlo si te vas a Italia y vas a una pizzería de la hostia, así
tiene un pase, pero hacer fotos de tus menús, día sí, día
también, como si trabajases confeccionando cartas de restaurante,
pues no le veo la gracia. Aún así, lo acepto. Haces fotos de comida
y la compartes, todos nos sentimos solos a veces, quién esté libre
de pescado que tire la primera hiedra. Algunos amigos tuyos incluso
pondrán me gusta, porque les caes bien. Repito, porque les caes
bien, no porque les guste tu mierda de cena. De eso va instagram
- “mira qué mierda de foto he hecho con mi móvil, si le pongo un
filtro parece una mierda de foto pero de hace cincuenta años”
-“jaja, ya ves tío, cómo mola”.
Ya es bastante patético si lo piensas,
pero bueno, algo llevadero, patetismo light (Por cierto, qué asco da
la Cocacola Light, tengo que hablar de eso). Además, algunas fotos
están chulas, no todas son de patatas bravas y gatos gordos, aunque
a veces lo parezca. En realidad me gusta Instagram, pero hay cosas
con las que no puedo. Por ejemplo:
Querer alardear de algo: Te has
comprado unos billetes para irte a Punta Cana, a intentar que vuelva
la pasión que ya hace tiempo perdisteis tu novio y tú. No hagas una
foto de los pasajes y la publiques. No en instagram, amiga.
Fotos en coche: Vas conduciendo y sólo
el cielo y una larga carretera están ante ti. Te pones a hacer
fotos. Te deseo un accidente, de los mortales. Murió haciendo lo que
más le gustaba, normal, ya que lo que más le gustaba era hacer
fotos mientras conducía. “A veces dios es justo” pensaría la
gente cuando murieses.
Aunque te haya deseado la muerte, puedo
pasar que seas un chulo o un gilipollas, todos lo somos en mayor o
menor medida. La gilipollez pues, es aceptable hasta un cierto
límite, ese límite es, poner hashtags en las fotos de instagram.
Hay gente que pone hashtags, sí, y no
uno, ni dos. Diez, doce, ¡Veinte! ¡Y en inglés! Sí, en Inglés,
que no saben, no tienen ni puta idea, pero los ponen igual, en
castellano y en inglés, no vaya a ser que España y América Latina
le queden pequeñas a su pedazo de foto. ¡HIJOS DE PUTA!
¿Qué te crees que vas a conseguir
poniendo el hashtag? ¿Qué te crees, que hay expertos en fotografía
mirando en instagram en busca del próximo pulitzer? Que es una puta
foto sacada con tu teléfono, con tu puto smartphone. Mierda de
almohadilla ya, métetela por el culo. Que si pic of the day, que si
igersmierders. Me cago en dios, si quieres ser fotógrafo deja de
gastarte todo tu dinero en ir a cenar a sitios guays para publicarlo
en instagram y cómprate una Canon ¡que no es tan cara coño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario